El primer videoclip realizado con Sora
"The Hardest Part" de Washed Out dirigido por Paul Trillo
Ficha técnica:
Título: "The Hardest Part"
Artista: Washed Out (Ernest Greene)
Álbum: Notes from a Quiet Life
Fecha de lanzamiento del videoclip: 2 de mayo de 2024
Duración: 4 minutos y 2 segundos
Director: Paul Trillo
Productor: Ernest Greene
Casa discográfica: Sub Pop Records
Tecnología utilizada: Sora de OpenAI
Corría la primavera de 2024 y, entre el bullicio de la irrupción de ChatGPT en nuestras vidas, un artista estaba trabajando ya con una tecnología que por aquel momento todavía no podíamos imaginar: la generación de vídeo con instrucciones de texto. Así es, en aquel momento OpenAI ya había desarrollado una primera versión de SORA, su inteligencia artificial que crea secuencias de vídeo a partir de prompts. Solo algunos elegidos entre la comunidad artística pudieron probar la herramienta, seleccionados por OpenAI para ver hasta dónde podían llegar estos creadores.
Así es cómo el protagonista de nuestra historia, Paul Trillo, tuvo acceso a la herramienta y se dispuso a ejecutar uno de sus sueños: la creación de un videoclip en una sola secuencia en el que reflejara el devenir de una pareja desde su adolescencia hasta su madurez. Trillo había querido poner en práctica esa idea desde hacía más de diez años y el hecho de ser seleccionado para probar SORA le dio la pista para realizar su creación. El caso es que generó más de 700 clips con la herramienta de los cuales seleccionó 55, y el montaje lo realizó con Adobe Premiere. No necesitó actores, ni cámaras, ni iluminación, ni producción, ni fotografía… Solo él y la IA ¿No es inquietante? Esta es una de las primeras dudas que ha sembrado esta producción ¿Se ha terminado la producción de audiovisuales tal y como la conocemos hoy en día?
Pero este sueño no le compete solo a Paul Trillo, su inspiración sirvió para dotar de pseudo-fisicidad a la canción "The Hardest Part" del proyecto musical Washed Out (Washed Out es el nombre artístico de Ernest Greene, músico y productor originario de Georgia, Estados Unidos). Es uno de los pioneros del género chillwave, un estilo musical que emergió a finales de los 2000 y que se caracteriza por sonidos nostálgicos, sintetizadores atmosféricos y una estética lo-fi.
Así, de esta fusión nació el primer videoclip musical comercial de la historia creado íntegramente con inteligencia artificial. “The Hardest Part” se estrenó el 2 de mayo de 2024 a través de plataformas digitales como YouTube y Vimeo, aunque no tuvo una presentación formal. Los autores prefirieron lanzarlo “como quien no quiere a la cosa” y a ver cómo reaccionaba el público.
Las respuestas no se hicieron esperar. Por una parte algunas voces elogiaron la innovación tecnológica y la estética única del video. Incluso el propio Paul Trillo comentó que gracias a las “alucinaciones” de SORA se lograron unos efectos imposibles en la producción de clips a la manera tradicional. Pero las voces negativas también alzaron la voz: algunos críticos y espectadores expresaron su inquietud sobre la naturaleza del video generado por IA. Mareo, claustrofobia y sensaciones desagradables expresaron otros. Trevor Powers, conocido artísticamente como Youth Lagoon, comentó: "Este video de Washed Out hecho con IA es el mejor ejemplo de falta de arte que he visto. No dice nada, no hace nada, no es nada. Además, es visualmente desagradable." Con esta aseveración coincidían los asistentes a algunas de mis conferencias sobre Patrimonio Digital e Inteligencia Artificial en las que he mostrado el vídeo: afirmaban que esto no era creación artística y temían por la desaparición del trabajo de la profesión de la comunicación audiovisual.
A este respecto, la creación del videoclip “The Hardest Part” marca un hito tanto estético como industrial. Si bien demuestra el potencial de las nuevas herramientas para ampliar el lenguaje audiovisual, también pone sobre la mesa una inquietud cierta: la posibilidad de que la IA sustituya a numerosos profesionales tradicionales del sector audiovisual. En este caso concreto, la producción prescindió de rodaje, decorados, cámaras físicas, actores o equipos técnicos, reduciendo la intervención humana a la conceptualización, generación de prompts, selección de clips y edición final. Esto significa que trabajos como operadores de cámara, técnicos de iluminación, diseñadores de producción, vestuario, maquilladores, e incluso algunos roles de postproducción, pueden quedar fuera de juego cuando se apuesta por una cadena de producción impulsada por IA. A largo plazo, el riesgo no es solo laboral, sino también artístico: el reemplazo de la sensibilidad y la experiencia humana por automatismos que generan imágenes coherentes, pero desprovistas, según algunos críticos, de alma o intención.
Sin embargo, esta transformación no tiene por qué ser puramente destructiva (al menos eso pienso yo, desde una perspectiva IA-friendly). Los profesionales audiovisuales pueden encontrar nuevas vías para reinventarse en este ecosistema. El dominio del prompt engineering, por ejemplo, se perfila como una habilidad clave: escribir instrucciones precisas y creativas para que una IA visual genere contenido que responda a una intención narrativa concreta. Igualmente, las tareas de edición, curaduría y dirección adquieren un nuevo protagonismo, ya que el material generado sigue necesitando de una mirada humana que lo ordene y le otorgue ritmo, coherencia y emoción. Otros caminos incluyen la migración hacia formatos híbridos como la realidad virtual, las experiencias inmersivas o el diseño de narrativas transmedia, donde el factor humano sigue siendo insustituible. También se abre un campo fértil para la formación, la reflexión crítica y el diseño ético de estas tecnologías.
Quizá es muy fácil desde una tribuna decir que estamos ante una oportunidad, o mejor dicho un desafío, pero ChatGPT y las demás IAs no solo han llegado para quedarse, sino que van a ir incrementando su potencial a una velocidad de vértigo. Esta es la mayor revolución tecnológica en la historia del hombre y debemos conocerla en profundidad para adaptarnos a ella. Y en concreto, en el campo audiovisual solo queda que los profesionales aprendan a ser curadores de imágenes y clips, aprovechando al máximo las ventajas que ofrece la IA generativa, dando un giro a sus carreras. No va a tocar otra cosa que reciclarse, formarse y practicar para dominar a esta fiera que para muchos muy bien podría ser la Bestia de 7 cabezas del Apocalipsis. Sin duda la IA es una fiera que debemos domar para que no nos devore a nosotros.
Pedro Ortega