Un recorrido por las Humanidades Digitales
La Dra. Arantxa Serantes desarrolla su trabajo en el campo de las Humanidades Digitales, la Tecnoética / Infoética y el Thick Data. Su experiencia se centra, fundamentalmente, en la investigación y la docencia, aunque siempre está en constante formación y perfeccionamiento, sobre todo en el ámbito tecnológico. La eficiencia se basa en la excelencia y por eso pone en práctica el long life learning. Por este motivo, siempre está abierta a colaborar en nuevos proyectos e ideas y gracias a ello contamos aquí con sus palabras.
Entrevista
Pedro Ortega: El campo de trabajo en el que desarrollas tu ámbito profesional es el dedicado a las humanidades digitales ¿cómo podríamos definir este término y qué disciplinas engloba?
Arantxa Serantes PhD.: Actualmente me dedico a la docencia universitaria y a la investigación y es curioso ver cómo está evolucionando esta disciplina. Lo que tuvo sus inicios en la Informática humanística ahora se ha transformado en Humanidades digitales que pretende englobar los Futures studies y las Science Matters, ambos términos hacen referencia a los estudios híbridos y a las cuestiones comunes (humanísticas y científicas) que han evolucionado a partir de las ciencias convirtiéndose en un nuevo objeto de estudio.
PO: Quizá el concepto de humanidades digitales eche por tierra el viejo estilo de formación de ciencias y letras. ¿Qué materias debe conocer un alumno que quiera desarrollar sus estudios en el campo de las humanidades digitales?
AS: Hay un doble enfoque metodológico. O bien se profundiza en la ciencia básica y se lleva a la ciencia aplicada, mediante el uso de software y herramientas digitales o es nativa digital, es decir, ahonda en aquellos ámbitos que provienen de la revolución tecnológica. Ej: Análisis de datos, programación, etc. Las materias pueden ser de diversa índole, pero tienen un enfoque STEAM (no STEM). Matizo este punto, porque STEAM es el acrónimo proveniente de las siglas en inglés de Ciencia, Tecnología, Ingeniería, Artes y Matemáticas (y las Artes, abarcan las Humanidades digitales). Suele emplearse STEM en nuestro idioma, pero originariamente no es así. Por lo que caben muchas opciones, dependiendo del sistema educativo, pero algunas de ellas serían: Tecnologías web y lenguajes de marcado, Análisis de texto y estilometría, Visualización de datos, entre otras.
PO: En una era donde la tecnología avanza tan rápido, y con ella también las humanidades digitales, ¿no corren riesgo las carreras universitarias de quedar desfasadas? ¿No es necesaria una formación continua con certificaciones que hay que renovar cada cierto tiempo para no quedarse atrás? Estoy pensando, por ejemplo, en las herramientas de Google, para cuyo uso oficial tienes que examinarte periódicamente. En uno de tus artículos hablas de Geohumanidades. ¿Podrías definir este término y cuál es la finalidad de esta disciplina?
AS: La universidad comienza a ganar terreno, porque la tecnología avanza a un ritmo exponencial y hay una gran demanda de formación continua y especialización que ha de aprovechar. En el caso de las herramientas, considero necesaria una actualización, ya que la certificación puede quedar obsoleta, ya que los conocimientos en este campo son de naturaleza pragmática.
Las geohumanidades nacieron ante la necesidad de identificar en el espacio geográfico, una serie de realidades tanto sociales como culturales que no podíamos visualizar de otro modo. De ahí, que los mapas temáticos y los Storytelling maps hayan tenido un gran crecimiento en el ámbito del periodismo (geojournalism) y de la antropología social. Porque son capaces de recoger mucha información en una o varias capas (layers) gracias a las leyendas o a la interactividad de los mismos mediante líneas de tiempo.
PO: Yo trabajo con Sistemas de Información Geográfica (GIS) y, desde luego, si cruzamos la información geográfica con big data tenemos una potencialidad enorme para conocer y examinas variables con su ubicación en el territorio. ¿Has llevado a cabo algún trabajo con este tipo de herramientas?
AS: Sí, lo llevé a cabo con una herramienta colaborativa llamada Emapic, una API en constante evolución, que me permitía generar geoencuestas y obtener datos relacionados con la participación ciudadana y su posible aplicación práctica en el ámbito social y político (presupuestos participativos). Lo cierto es que los datos que obtuve, combinados con otras herramientas, me ayudaron a ver el impacto de las emociones y el peso de las palabras clave a la hora de realizar valoraciones positivas o negativas conforme a un resultado esperado. De ahí que el Thick Data, me llame mucho más la atención que los datos a gran escala, mucho más difíciles de depurar y que no inciden tanto en la vida cotidiana de los agentes sociales.
PO: Quería preguntarte también por la ciencia ciudadana. ¿Qué engloba este concepto? En tu trabajo también hablas de la pérdida de lo humano en pos de lo tecnológico. Ahí entran los algoritmos y la inteligencia artificial que parece que van a cohartar la libertad humana. ¿Qué reflexión podemos extraer de esta situación?
AS: La ciencia ciudadana también tiene un componente tecnológico (crowdsourcing) en el que la ciudadanía puede colaborar con tareas sencillas, pero muy necesarias, para conseguir un determinado resultado, en un proyecto de investigación académica, mediante una experiencia gamificada. Esta contribución podría suponer un antes y un después en la investigación tal y como la conocemos y sería como una gran red neural en la que la ciudadanía y la academia trabajan juntas por el bien común.
PO: Por último, quería hacerte una pregunta que estoy haciendo a todos mis entrevistados, y es a cerca del Metaverso: ¿Cómo observas desde tu perspectiva el desarrollo de esta pseudorealidad que está en pleno desarrollo? ¿Crees necesario que dentro de este campo hubiera una parcela de uso gratuito de Metaverso dedicado al Patrimonio Cultural?
AS: El metaverso puede ser un gran negocio o una transformación de la realidad en la que el espacio será tridimensional y virtual. La libertad creativa y las posibilidades son inmensas pero hay una pérdida de identidad y una codependencia de los dispositivos electrónicos que puede ser perjudicial. No hay que perder de vista la realidad ni la desigualdad social. El metaverso no debería convertirse en una evasión y hay que poner ciertas reglas de juego.
Con Internet pasó lo mismo. Pudo tener un componente más cultural y social, pero se ha impuesto el negocio. De hecho, el netart, nació como una forma de protesta a la mercantilización de Internet en favor de una cibercultura. Nadie dice que el metaverso pueda ser único o que no tenga posibles réplicas. Todo depende de los requisitos de almacenamiento y la proliferación de datos, ya que puede ser la mayor fuente de Big Data hasta el momento.
PO: ¿Te gustaría apuntar alguna otra cuestión?
AS: Creo que la Tecnoética y la Infoética tendran un rol muy importante, a la hora de poner en valor la innovación tecnológica y con ayuda del Derecho, podremos valorar los riesgos. Me interesa mucho este ámbito, porque el tratamiento de la información, los derechos digitales y el respeto por la componente humana han de estar por encima de toda mercadotecnia.
PO: Muchas gracias por tus respuestas.
Y ya para terminar...
Si te ha gustado esta entrevista, por favor, compártela con las personas de tu sector que puedan estar interesadas. Basta con que compartas este enlace: http://www.patrimoniodigital.news/
Muchas gracias por tu atención. Aquí te espero dentro de dos semanas con otra entrevista relacionada con el Patrimonio Digital.
Un saludo de tu amigo,
Pedro Ortega